Fui una vez un mapa de puntos suspensivos...



Algunas mañanas (los escondía)
y otras,
quedaban encerrados
[en armarios empotrados]

Las tardes se balanceaban
siempre a la espera,para respirar,
y tan sólo en días afortunados
hallaba un alivio inexplicable;



Un día, al cerrar la puerta del miedo,
encontré bajo el felpudo,
sonriendo cual pelusa
al punto final que ya estaba esperando
desde hacía tiempo.


Sólo así

pude comenzar

un nuevo párrafo

de sueños...