Nunca necesitamos buscarnos.


El tiempo de aquellos días quedó
[cofre de pequeños tesoros]
y hoy
también es ayer.


Cálido aprendizaje de la vida;
los de entonces ya no somos los mismos.


Sonrío ante el nosotros que queda ahora
como aquel libro a medias en la sobremesa del invierno.
Ternuras con sabor a jazz.


Y cada octubre,

(my dear Amatore)


llegas para quedarte.




Bill Evans: "My foolish Heart"