"...ya nuestra intimidad
es tan inmensa
que la muerte la esconde
en su vacío".
Mario Benedetti



Quien dijo alguna vez adiós

sabe que los hombres como tú
nunca se marchan.

Se pasean por entre las ventanas,
los refugios del amor,
las pendulares mañanas de sueños

los árboles de parques en otoño
y traen desde el Sur

la voz olvidada de los otros.

Cada poema tuyo, uruguayo querido,
habita en mi memoria desde niña

[tú dirías botija]
instantáneas de Luz y coherencia,
ejemplar sencillez y compromiso.

Los hombres como tú, Mario,
nunca se marchan,
se quedan
en el canto transparente de la vida.